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domingo, 22 de septiembre de 2019

El obrar de Dios y un testimonio guardado por más de 4 décadas.


Por Raúl Enrique Bibiano


          Relato de una historia real con intervención Divina.


Esta historia real, nace allá por 1976, cuando una noche lluviosa y fría de invierno, regresaba de una comisión en la zona oeste de Buenos Aires para una Compañía de Seguros. Llovía tanto, que me vi obligado a conducir muy despacio por la avenida Callao, en donde a la altura del 300, se desvió mi atención  hacia una chica embarazada, que lucía un costoso tapado de piel y se encontraba junto a su pareja, que sostenía una enorme y pesada valija y que intentaban resguardarse de un enorme aguacero.

En ese momento, sentí un impulso por ayudarlos «fue como si ellos me estuvieran esperando» y aunque no los conocía ni sabía quienes eran, decididamente tomé la avenida Corrientes, girando en Rodríguez Peña y luego por Sarmiento continué la marcha hasta llegar junto a ellos,  para invitarlos a subir a mi rodado y ayudarlos a sortear la tormenta. Cuando ya se habían acomodado en el automóvil, se los veía exhaustos, hambrientos y preocupados; Entonces, recuerdo que los invité a cenar a un conocido restaurante ubicado a pocas calles de allí, por la calle Montevideo.

La chica (Stella Maris) que estaba en un avanzado estado de su embarazo y no dudó en contarme los motivos por los que no podían hospedarse en ningún hotel; era menor de edad y no la aceptaban por dicha razón. Pero la situación era aún más delicada: Stella Maris y Ricardo, habían viajado desde el Uruguay hasta Buenos Aires tras usar un documento de identidad de una amiga uruguaya, que junto a un permiso de viaje, eran parte de su desesperación por encontrar a su padre. En ese momento, me quedé perplejo, cuando por su vez, me manifestó que ella, era realmente de nacionalidad Argentina.

Recuerdo que sentí una enorme desazón cuando me contó el resto de su historia; Su madre que también era Argentina, había escapado de Mar del Plata hacía 14 años, abandonando a su esposo, un farmacéutico que desempeñaba su actividad profesional en una farmacia frente a la antigua terminal de ómnibus, por la calle Alberti, en medio de un romance con un amigo del matrimonio: . Juntos se habían llevado a la adolescente cuando apenas tenía 2 años de edad.

El tercero en discordia, que era de nacionalidad Uruguaya, era un ingeniero civil que le brindó todo mientras vivía su madre, pero al fallecer ella, por una enfermedad, esa chica, ya adolescente, comenzó a ser hostigada por sus hermanastras e inclusive la habían abandonado a su suerte, dejándola en la calle.

Mientras que escuchaba su historia, se me hacía como un nudo en la garganta de tanta tristeza y cuando me dijo lo que sabía sobre su padre biológico, reclinándome en la mesa del restaurante, le dije –Creo que vamos a necesitar ayuda-- Entonces pensé de inmediato en un buen amigo, un hombre mucho mayor que yo, dueño de una financiera que viajaba asiduamente a la costa.

Recuerdo que salí a buscar un teléfono público y lo llamé  para contarle lo que estaba sucediendo: Su primer respuesta fue que yo estaba loco, al cargarme con semejante problema en mis espaldas y no solo eso, también por pedirle su ayuda a altas horas de la noche, sobre todo, para dos extraños.

Entonces volví a insistirse hasta que logré convencerlo, para que aquella misma noche, le solucionemos al menos, parte de su problema y mantenerlos a resguardo seguro por el fin de semana. Realmente me sentía conmovido por la situación de esos chicos en total estado de vulnerabilidad.

Cuando mi buen amigo Santiago, poco después de media hora, estaba frente a esta joven pareja, pareció como si de pronto hubiera visto un fantasma: se puso pálido y dirigiéndose a mi, sin quitar la vista de esta chica, me dijo que le veía un enorme parecido a una secretaria que había tenido hacía muchos años.

Cuando Santiago le preguntó sobre el nombre de su madre, resultó que efectivamente, era nada menos que la hija de aquella, que tantos años atrás, había sido su secretaria. Pero la sorpresa no terminaba allí, tanto para mí como para la joven pareja, Santiago sabía sobre la historia que la chica me había narrado respecto al alejamiento repentino de su madre con el ingeniero uruguayo y además, tenía una relación de amistad de muchos años con el padre de la muchacha, que era en realidad farmacéutico y se encontraba en Mar del Plata.

A medida que transcurrían los minutos, lo que hasta horas atrás parecía una trágica situación, comenzó a transformarse en una enorme bendición y me atrevo a decir, que fue un milagro divino. «Había recogido en medio de la tormenta a una joven pareja llena de problemas» y había sacado de la cama a un amigo para apoyarme en ayudar a estos jóvenes, ignorando que mi amigo era la llave para resolver la situación en términos generales de la joven pareja. No existía una casualidad, algo más allá de lo humanamente comprensible había ocurrido. Sigo creyendo que Dios estuvo aquella noche entre nosotros para solucionar semejante injusticia de esta adolescente.

Finalmente, luego de unos días, terminamos todos en Mar del Plata, donde primero mi amigo se entrevistó con su amigo, padre de esta jovencita, logrando así, un reencuentro entre padre e hija después de 14 largos años, en los que ese buen hombre  nada supo acerca de ella. 

Siempre que recibía alguna noticia sobre ellos, era por medio de mi amigo Santiago, quien viajaba muy a menudo a la ciudad costera. Yo me encontré a la chica con su beba de forma fortuita una vez en una playa de Mar del Plata y nunca más supe de sus vidas. Lamentablemente, mi amigo falleció y como yo dejé de viajar a la costa, la información sobre sus progresos se fué diluyendo con el correr del tiempo.

Han transcurrido muchos años ya, tal vez, ni siquiera me recuerden, o tal vez sí: Es probable que en sus momentos de recogimiento, recuerden aquella fría y lluviosa noche de invierno que con certeza, Dios escuchó los ruegos de alguno de ellos dos.

Aquella mesa donde cenamos esa noche lluviosa, hoy, después de tantas décadas, continúa estando allí, como un testigo silencioso de ese milagroso encuentro hace 43 largos años. 

Entonces reflexionando al respecto, comprendí que Dios, hace las cosas muy bien! Aun recuerdo sus nombres; Stella Maris y Ricardo: Esta, es una de tantas historias con final feliz en la que Dios ha puesto su milagro, dado que nada es casualidad. Dios se sirve de muchos de nosotros para que actuemos como instrumentos de su voluntad

Esta historia de amor y solidaridad, es una historia completamente real, Antes de compartirla ahora en forma pública y aunque algo sintetizada, era conocida por los involucrados en la propia situación. Jamás la he compartido ni siquiera con los miembros de mi familia, pero hoy he decidido hacerla pública. Si algo me da un poco de vergüenza, es hablar de estos casos que me involucran junto a las decisiones venidas de Dios. Jamás he deseado que me pudieran tomar como milagrero o algo así, porque no soy un ángel ni poseo alas o algo así. Apenas soy un simple mortal como cualquier otro ser humano, eso sí, con una rica espiritualidad y un enorme don de amar adquirido después de haber sido fusilado por un delincuente, cuya munición se frenó a medio centímetro de ingresar a mi frente.

domingo, 8 de septiembre de 2019

El destructivo huracán Dorian, devastó Bahamas con saña y sin piedad


Por Raúl Enrique Bibiano

Tras la tremenda devastación originada por el maldito huracán Dorian en el Archipiélago de Bahamas, luego de impactar en el archipiélago con una categoría 5 en la escala Saffir Simpson de Huracanes, las esperanzas de hallar con vida a los más de 5 Mil 500 desaparecidos, es cada vez menor.

Este ha sido sin duda alguna, el peor huracán en el Atlántico desde 1935: «El huracán del Día del Trabajo de 1935 fue el ciclón tropical más fuerte de la temporada de huracanes en el Atlántico de aquella década. Ha sido uno de los más intensos de los que han tocado tierra en Estados Unidos y el primero de los tres huracanes de categoría 5 que han azotado a ese país durante el siglo XX que destruyó todo a su paso».

Las autoridades locales de Bahamas nunca tomaron conciencia por décadas, que la llegada de un monstruo climático como el de aquel entonces, podría afectarlos directamente y jamás se prepararon refugios capaces de soportar la brutalidad de semejante huracán, como este que hoy nos ocupa a todos y cuyos daños, han sido potenciados por las 36 horas de permanencia en el Archipiélago, donde descargó en pocas horas un caudal de 700 milímetros de lluvias torrenciales.

Hasta el viernes 6 del corriente, se difunden apenas 43 fallecidos por causas del maldito huracán Dorian, pero si se lo mira desde la lógica, ese número de muertos es como la punta de una madeja que aun no ha sido desovillada: La mayoría son de Ábaco y Gran Bahamas.
    El primer ministro de Bahamas, Dr. Minnis, dijo que muchos siguen desaparecidos y el número de víctimas aumentará significativamente.
Una adolescente intentando escapar mientras comenzaba la inundación con sus mascotas

El maldito Huracán Dorian que impactó el pasado fin de semana en esas islas ubicadas en el norte de Bahamas, como huracán categoría 5 (la máxima en la escala de intensidad Saffir-Simpson), llegó con vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora y rachas de hasta 350 Km/h. Pero no fue un huracán de paso ligero, porque como si se hubiera ensañado con Bahamas, se detuvo un día y medio hasta devastarlo todo, cuanto había en pie.

Esta situación, realmente de hondo pesar,  demuestra que la especulación  de que nada ocurriría con semejante huracán y no pasaría a mayores consecuencias edilicias o personales, lamentablemente, resultó en una dramática tragedia, en la que miles de ciudadanos, desaparecieron tragados por las aguas de la inmensa inundación y la ferocidad que este fenómeno meteorológico ha causado sobre el archipiélago de Bahamas.
Escenas desgarradoras de quienes lo perdieron todo, inclusive a sus seres queridos.

Hoy, Bahamas luce como como lo que es, una tierra arrasada por una terrible guerra entre la naturaleza y el exceso de confianza humana, en la que nadie ha salido victorioso; Mucho menos, aquellos que perdieron sus vidas en medio de un huracán despiadado y cruel, bautizado como Dorian.

Los destrozos son de tal magnitud, que llevará años, reconstruir sobre sus ruinas lo que ha destruido la naturaleza. Las perdidas cuantiosas de lo material, tal vez se logren recuperar con el correr del tiempo, pero las vidas perdidas de aquellos que creyeron equivocadamente que nada pasaría a mayores, ya no tiene vuelta atrás, porque lamentablemente con toda certeza han fallecido.
Atrapados sin forma de escapar del destructivo huracán Dorian, ciertamente miles no lo pudieron lograr.

Ciertamente, con el correr de los días y posiblemente con la bajante de las aguas, comiencen a aflorar los cadáveres soterrados entre los escombros y el lodo. Obviamente que no será fácil para nadie y mucho menos para el gobierno de Bahamas, tener que dar cuenta sobre los resultados fatales de tantas víctimas. 

Lo acontecido en Bahamas, es extremadamente delicado y muy grave; Necesitan de toda la ayuda humanitaria posible, porque el golpe ha sido muy duro para ellos. Aquí se consigna un medio para quienes puedan realizar cualquier donativo.
Para las donaciones privadas a la respuesta de huracanes, también puede ponerse en contacto con la OFDA, nemadonations@bahamas.gov.bs  o Bahamasredcross.org/donate o llame al +1242-323-5394,

Imágenes: Fotografías - Crédito de Agencias Reuters y Associated Press 

lunes, 5 de noviembre de 2018

Mara lucha contra su cáncer de mamas y necesita de todos con urgencia.

"Ojalá que los gobernantes hablen menos del fútbol y se preocupen más por el bienestar de las Personas en situación de pobreza"

Por Raúl Enrique Bibiano





Su nombre es Mara, una joven mujer de treinta y tantos años, que relata en su petición, creada en Change.org, que lleva al menos unos días creada, rogándole al Gobierno Argentino para que le suministre la medicación que necesita para sobrevivir al Cáncer de mamas del que ha sido operada hace 2 años.

Mara se ha visto obligada a ejercer esta modalidad de buscar apoyo porque no es escuchada por las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social y de la Secretaría de Salud de la Nación, que deberían auxiliarla de inmediato, dado que es obligación del Estado en forma Constitucional, proveerle el “bienestar y la salud”.

Ella es Mara Cecilia Gómez, de nacionalidad argentina, titular del DNI 27806673. Es una joven mujer, llena de deseos de vivir, que lucha contra el cáncer de mamas y no puede hacerlo sola. Mara, vecina del ejido de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ha sido operada en 2015 en el Hospital Rivadavia de nuestra ciudad, pero debe continuar un tratamiento y, no contando con los medios económicos para solventarlo, necesita que el Estado Nacional mire por ella.

Agobiada por la situación tan dificultosa por la cual atraviesa, Mara se ha visto obligada como en una nueva oportunidad a solicitar el apoyo de la ciudadanía mediante una petición en Change.Org. con la sana intención de poder ser escuchada por el Estado, que debe garantizar la continuidad de su tratamiento medicamentoso para poder sobrevivir.

Sería muy bien visto, que los políticos que ocupan puestos ministeriales “de turno”, en vez de mirar como ayudar a los piqueteros, “que como contra-rembolso nos destrozan la plaza del congreso” frente a cualquier previa de sesiones del Legislativo, miren un poco mejor, como ayudar a quienes en realidad tienen que hacerlo, como en el caso de Mara, una conciudadana humilde que se gana el pequeño sustento como paseadora de perros, y que no rompe nada.

En su humilde petición, así se dirige Mara a toda la comunidad con la sana intención de poder por la vía de esa organización, hacerle llegar acompañada por muchas firmas que debe recolectar, esa petición a la Secretaría de Salud de la Nación: 

Hola a todos, soy Mara Cecilia Gomez (DNI 27806673) y estoy luchando contra el cáncer. Gracias a una petición anterior y la solidaridad de los usuarios de Change.org logré conseguir los medicamentos que tanto necesitaba para mi tratamiento pero ahora les vuelvo a pedir que me ayuden con su firma porque necesito que la Secretaría de Salud de la Nación me autorice otra droga, la Leuprolida 7.5mg que tengo que aplicarme el 22 de noviembre.

Por una cuestión burocrática no me están entregando esta droga” que es una inyección inhibidora del funcionamiento ovárico, me la tengo que inyectar cada 28 días para que mis hormonas no generen las células cancerígenas. La próxima inyección me la tengo que aplicar en 23 días, si no lo hago, corro peligro de volver a enfermarme.

Hace un mes que vengo luchando, fui a tocar todas las puertas pero no tengo respuesta. Yo trabajo de paseadora de perros y no puedo pagar los 15 mil pesos que cuesta cada ampolla.

Quiero seguir luchando por mi vida, por eso les pido que me apoyen con su firma para que la Secretaría de Salud de la Nación me entregue el medicamento que necesito. 


Ahora bien, me resulta demasiado lamentable que las personas deban deambular por todos los medios para adquirir lo que en realidad les corresponde por tratarse de una obligación del propio Estado Nacional, de velar por su salud y otorgarle no solo la atención medica, más también de entregarle los medicamentos necesarios para que pueda extender su vida.

viernes, 13 de octubre de 2017

Auxilio! María Emilia Correa necesita de todos para obtener una pierna.

Cuando conocí este caso mediante la campaña en Change.Org, lo primero que vino a mi mente es que el mundo está lleno de seres humanos maravillosos dispuestos a brindar ayuda solidaria y a ellos apunta este editorial.

Por Raúl Enrique Bibiano  

          "UNA PIERNA PARA MARÍA EMILIA"




Esta joven es María Emilia Correa, es Sanjuanina y tiene 26 años de edad. Lamentablemente y por esas cosas de la vida, pocas horas después de su nacimiento, falleció su mamá. No caben dudas que su vida ha sido dura desde recién nacida...

Pero fue creciendo y concurrió a la escuela y como cualquier niña/o a su edad preadolescente, disfrutaba de los juegos propios de su edad, correr, saltar, caminar junto a sus amigas o a su papá, hasta que un día, cuando tenía 11 años de edad, María Emilia comenzó a sufrir un fuerte dolor en su pierna derecha; un dolor insoportable que en su inicio, fue tomado como un golpe o dolor pasajero que, terminó empeorando con el correr del tiempo.

Pocos mese después, una noche fría de invierno, sufrió un golpe en su pierna que le desgarró el alma de dolor y su padre, advirtiendo su enorme sufrimiento, la trasladó a la guardia de un hospital para que le realicen un examen radiológico. Pocos minutos después al obtener la imagen radiológica, los facultativos consideraron que con urgencia, María Emilia debía ser atendida en el Hospital Garrahan a muchos kilómetros de San Juan natal. 

Pocos días después, su padre consiguió trasladarla desde la Provincia de San Juan a la Ciudad de Buenos Aires,  donde luego de realizarle los estudios pertinentes, los facultativos confirmaron el triste diagnostico. María Emilia padecía de Cáncer infantil.

De nada le sirvieron los tratamientos para revertir su situación...

María Emilia no era una niña de familia pudiente o algo parecido, eso sí, todo cuanto le faltaba en riquezas materiales, le sobraba en amor y el cariño que recibía de los suyos.  Pero no de la obra social a la que pertenecía por el trabajo de su papá.

María Emilia Correa, que desde su nacimiento vino peleando la vida, comenzó su preadolescencia a padecer la injusticia del sistema y la perversión de las obras sociales que destinan un incalculable y desperdiciado dinero en la financiación corrupta de campañas políticas, pero ni un centavo para la colocación de un tutor en el fémur de su pierna, que necesitaba 8 clavos importados por prescripción medica.

Su padre dió vuelta la situación vendiendo todo cuanto tenían hasta quedarse sin nada, pero consiguió alquilar los clavos necesarios para la pierna de María Emilia. pero infortunadamente, justo cuando ella cumplió sus 13 años de edad, tuvo que sufrir la amputación de su pierna.

Que vida de sufrimientos para una joven que ya en su entrada a la adolescencia, se vió invadida por el cáncer que ya afectaba sus pulmones. La lucha por la vida la mantuvo viva y ella no para de luchar al punto que inclusive estudió cocina, cuyo certificado de triunfo por su esfuerzo, llegó aparejado de una hija... 

Pocos meses después, el padre de la niña se esfumó y María Emilia que no buscaba una pensión por invalidez, consiguió un trabajo en la administración pública, donde se desempeña durante la mañana y por las tardes, ocupa su tiempo vendiendo budines que ella misma prepara.

María Emilia se desloma trabajando cada día porque debe educar y criar a su pequeña hijita pero, ya no puede soportar el dolor que le ocasiona el tutor que tiene adherido y que desde el nacimiento de su pequeña, le ha comenzado a crear fuertes dolores que muchas veces, casi la terminan por vencer..

María Emilia comenta que su medico le habló sobre una posibilidad que le ha creado una enorme ilusión: Obtener una pierna ortopédica que le permitiría hacer más llevadera su vida, pero su precio no resulta nada accesible para ella, que se encuentra condenada por un sufrimiento que padece desde su nacimiento. 

AYUDEMOS TODOS A MARÍA EMILIA CORREA!
Este año, sus dolores se volvieron insoportables. Así que, con nueva cobertura -por ser empleada estatal está afiliada a la Obra Social Provincia- volvió a iniciar el pedido y decidió armar un perfil en Facebook llamado "Una pierna para María Emilia" "y hacer pública su historia. Una conocida, además, hizo una petición en Change.org"Ya me cansé de tanto papeleo, burocracia, políticas, de los sí falsos, de las supuestas ayudas. Yo sigo así, sabiendo que hay algo que me cambiaría la vida pero que no lo puedo alcanzar", escribió. La página superó los 50.000 seguidores en días.
             
Gente linda, María necesita de todos en el mundo! Entre todos busquemos esa magia de ayudar a quien tanto sufre para robarle una sonrisa y devolverle una pierna!

Si tienes la posibilidad de ayudar a María Emilia Correa para que pueda juntar lo necesario para adquirir esa pierna,  no dejes de contactarla Via Change.Org o por su Facebook. A quienes no puedan, ruego demuestren su amor redistribuyendo esta historia a todos!