Por Raúl Enrique Bibiano
La diáspora de Venezolanos generada por la situación dictatorial
en Venezuela, ha obligado a los mandatarios de distintos países de
la Región Andina y América del Sur a facilitar el libre ingreso en
sus territorios de miles de Venezolanos por razones humanitarias. Lo
cierto es que ante la emergencia y por facilitar la inmigración de
estos seres humanos, muchos de ellos desprovistos de todo lo
necesario para enfrentar sus nuevos comienzos, ha generado un grave
peligro para mujeres y niños inmigrantes; lo que al momento
decisivo, no tomaron en cuenta.
Cuando
ocurre un éxodo por motivos de gravedad, como los reinantes en
Venezuela, los emigrantes desesperados, buscan refugio a como de
lugar y en donde sea. Tras cruzar las fronteras, procuran llegar a
donde les parece que podrán obtener una vida, aunque sea
momentaneamente, mucho mejor a la que estaban llevando en su país de
origen.
Muchos
de estos seres humanos, ni siquiera tienen noción de los peligros
que los esperan una vez que ingresan a otros países y si los
gobiernos de los países receptores, no advierten esos peligros,
mucho menos ellos, que en su necesidad imperiosa por sobrevivir,
pueden caer en las garras del crimen organizado transnacional, que
está siempre al acecho como aves de rapiña.
La
migración furtiva genera muchas consecuencias colaterales y por lo
general, ni todos tienen parientes o verdaderas amistades en las que
puedan confiar al llegar a donde se dirigen merced a su gravosa
necesidad. Eso los transforma en potenciales víctimas desde el
Tráfico hasta la Trata de Personas por su enorme vulnerabilidad.
Cuando
arriban a un país, lo primero que necesitan y con lo que muchos no
cuentan, sobre todo mujeres adultas, adolescentes y niñez, es una
verdadera contención social, sanitaria, habitacional y legal.
En
primer lugar, necesitan cubrir sus necesidades básicas: Alimentos y
Abrigo, donde poder permanecer, sin atravesar por una situación de
presiones de terceros, que puedan generarles, mediante el fraude, el
engaño, la coacción, o el uso de la fuerza (violencia); Tanto física
como psicológica sobre ellas, su cambio de condición y transformarlas en víctimas de la
Trata de Personas.
En
segundo lugar, uno de los problemas fundamentales que enfrentan estas inmigrantes, es
de índole técnico legal: Necesitan obtener su permanencia
precaria o permanente, para poder enfrentarse a la obtención de un
trabajo genuino. Esta tramitación no tendría que generarles gastos
que desde ya, los inmigrantes en este caso en especial, sin empleo ni recursos, no pueden
afrontar. (Debería ser Gratuito).
En
tercer lugar, no es lo mismo aquel que viaja por turismo, que aquel
que debe abandonarlo todo, para resguardar su vida y emigrar de forma
forzada. Como es lógico de tener en cuenta, esta situación conlleva
a un daño invisible colateral. No es lo mismo un viaje de placer que
un viaje forzado y por lo tanto, el desarraigo en sí, genera
trastornos emocionales en distintas facetas en un individuo: Ello
porque el solo hecho de verse obligado a huir en busca de una nueva
vida, le genera tensión, ansiedad, preocupación, y ello también
necesita ser evaluado por las autoridades, que dan al refugiado,
aunque no revista legalmente ese carácter al arribar al país, la
posibilidad de permanecer en el territorio nacional.
Lamentablemente,
y se que no se trata de mala fe ni de mala voluntad de nuestro
gobierno nacional, el no haber previsto concienzudamente estas
situaciones. La urgencia en tomar determinaciones de tal envergadura,
hacen que muchos gobiernos cometan errores al tomar decisiones
apresuradas de índole humanitaria.
Obviamente,
lo que pretendo con esta crítica constructiva, no es denostar las labores altruistas del PEN, por el contrario, la idea es plantear la
necesidad de realizar algunas correcciones, que permitan al inmigrante
forzado, a poder convivir en armonía en nuestra patria y que se
evite sobre todo, a las mujeres y niños, caer en manos del crimen
organizado transnacional, y que los convierta en víctimas silenciosas
de la Trata de Personas.
Tengo
certeza que desde su cartera, la Ministra Patricia Bullrich saneará
estos vacíos legales, para una mejor situación de estas personas en
masivo arribo a nuestro país. Porque a pesar del informe inexacto de
las Naciones Unidas, ni todos los inmigrantes de Venezuela son
profesionales ni han llegado en vuelos comerciales. Muchos lo
hicieron atravesando las fronteras norteñas desde países como Perú
o Brasil.
Perú
se ha visto sorprendido hace pocos días por la descubierta operación
de Trata de Personas en la que debieron rescatar un sin numero de
muchachas Venezolanas que estaban ya obligadas a ejercer la
prostitución y bajo amenazas, de ser captadoras de otras
connacionales para ingresar a sus redes mafiosas.
Sin dudas, no debemos esperar a que los hechos ocurran sin haber montado los mecanismos de prevención para evitarlos. El crimen organizado y el narcotráfico viven de la mano armandose de formulas magistrales de tiempo completo para cometer sus delitos. Argentina no está exenta de que la mafia de la Trata esté actuando en perjuicio de tantas inmigrantes caribeñas.