Por Raúl Enrique Bibiano
Una historia que siendo real, va más allá de la ciencia ficción.
Un
historiador ruso
sobre la vida de
los pueblos de la edad de hierro y sobre
cementerios, que se
encuentra recluido por orden judicial
en un psiquiátrico
del que ahora los galenos pretenden liberarse, otorgándole
el alta médica,
mantiene conmovida a toda una población.
La
historia macabra de este grotesco y enajenado ciudadano soviético
de nombre Anatoly Moskvin, cobró notoriedad allá por el año 2011
en relación a una oleada de profanaciones de tumbas de niñas que
tuvo lugar en la ciudad rusa de Nizhny Nóvgorod, que es la
capital del estado de Óblast, situada al oeste de ese país y que
por aquellos tiempos, contaba con algo más de 1.250 600 habitantes.
Lo
cierto es que este degenerado mental de nacionalidad rusa, al que le
caben todo tipo de improperios y se los tiene bien merecidos, había
caído en la sospecha en el marco de una investigación judicial
iniciada sobre las profanaciones de tumbas de niñas de entre 3 y 13
años de edad, algunas recientemente fallecidas y cuyos cadáveres
habían desaparecido de sus sepulcros.
Lo
cierto es que un equipo de la policía local, descubrió que Anatoly
Moskvin, poseía un macabro conjunto de cadáveres de niñas
fallecidas embalsamadas en su propia casa, con las que compartía
horas de su tiempo, y según sus propias declaraciones en juicio, lo
acompañaban en su almuerzos y cenas, en sus desayunos y meriendas y
hasta que jugaba a las muñecas con ellas como si en realidad fuera
algo normal.
Conforme
surgió de la propia investigación judicial que lo confinó tras las
rejas en un psiquiátrico, este bueno para nada, convirtió en
muñecas, al menos 44 cadáveres de niñas y pre adolescentes a las
que curiosamente les instaló inclusive, cajitas musicales en el
interior de sus cuerpos, a los que además vestía groseramente y
hasta les colocaba botas como se puede observar en esta fotografía.
Pero
de acuerdo a los estudios tanatológicos del cuerpo médico forense
encargado de la tarea de investigar dichos restos mortales
embalsamados, se constató que ninguno de esos restos habrían sido
objeto de cualquier abuso sexual.
Entre
sus descargos, este siniestro sujeto que habla más de 3 idiomas y
cuya instrucción universitaria era de excelente calificación, le
dijo al tribunal que lo juzgó, que pretendía conseguir regresarles
la vida por medio de actos de magia negra conforme algunos ritos de
los tiempos de los Celtas…
Tras
finalizar el juicio, cuando era conducido a una prisión de Rusia, le gritó a los padres de las víctimas: 'Ustedes
abandonaron a sus niñas en el frío y la oscuridad, yo las lleve a
mi casa y les di cobijo".
Lo
cierto es que este endemoniado que ha transcurrido años recorriendo
cementerios realizando una labor de investigación en más de 752
cementerios, ahora está a punto de recobrar su libertad y la
sociedad está completamente temerosa porque se lo considera el mismo
diablo en persona.
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