Por Raúl Enrique Bibiano
El peor asesino no siempre suele ser el hombre, también suele serlo un diminuto insecto denominado mosquito
Hace
algunos cuantos años, estando en el alto amazonas, durante una de
mis primeras travesías, al pulmón verde del mundo, tuve la mala
suerte de ser afectado por un virus denominado “Paludismo”.
También denominado como “Malaria”; enfermedad cuyo vector es el
mosquito Anopheles hembra.
Realmente
he sido afortunado de poder dirigirme a un puesto sanitario a unos
cuantos kilómetros de donde me encontraba y, ser asistido de
inmediato por un equipo médico. De no haber sido así, tal vez
hubiera muerto en medio de la selva amazónica.
Luego
de ese incidente, regresé a la argentina pero, posteriormente decidí
regresar y con las prevenciones para no volver a padecer los mismos
tormentosos momentos que me tocó padecer.
Entre
tantos viajes me detuve unos meses para colaborar en una campaña de
vacunación contra la Poliomielitis a los niños en el estado de
Pará, labor enriquecedora humanamente, que me ha permitido conocer
mas de cerca como investigador, que no solo el hombre es asesino,
también lo es un simple insecto.
Fue
entonces que me interesé por saber un poco respecto a ciertas
enfermedades tropicales, como la denominada Fiebre Amarilla, una
enfermedad que en mi país (Argentina), se había cobrado miles de
vidas en apenas un puñado de meses; entre fines de 1870 y el primer
semestre de 1871. Lógicamente que estaba vacunado contra el terrible
virus del cual ahora, les comento de que se trata y como comienza.
Fiebre
Amarilla:
Es
una enfermedad viral transmisible, prevenible y curable. Es causada
por el virus de la fiebre amarilla del género flavivirus y se
trasmite a través del mosquito Aedes aegypti; muchos países
requieren que los visitantes tengan la vacuna contra la fiebre
amarilla antes de entrar al país.
El
agente causante de la fiebre amarilla es un virus perteneciente a la
familia flaviviridae (antiguos arbovirus grupo B), género
Togaviridae (arbovirus), y pertenece a la especie de la fiebre
amarilla.
Fue
el primer agente infeccioso viral del que se comprobó que producía
enfermedad en los humanos y que era transmitido por un vector; el
viscerotropismo del virus se traduce en infección y lesión del
hígado, riñones y corazón, mientras que su neurotropismo implica
lesión e infección de células del sistema nervioso central.
Su
forma es un icosaedro, su tamaño es de aproximadamente 50nm, posee
en el centro un núcleo cápside que contiene el genoma de ARN de
cadena simple, de sentido positivo, envuelto con las respectivas
proteínas de la cápside. Rodeando la nucleocápside hay una
membrana bilipídica en la que se encuentran insertadas dos
proteínas, la proteína M y la proteína E.
Los
principales reservorios de infección son mosquitos y primates de áreas
forestales, excepto cuando en las ciudades hay transmisión de
persona a persona a través de mosquitos (fiebre amarilla urbana),
caso en que los humanos se convierten en parte del reservorio.
Los
síntomas de la Fiebre Amarilla:
El
periodo de incubación es de 3 a 6 días. Muchos casos son
asintomáticos, pero cuando hay síntomas, los más frecuentes son
fiebre, dolores musculares, sobre todo de espalda, cefaleas, pérdida
de apetito y náuseas o vómitos. En la mayoría de los casos los
síntomas desaparecen en 3 o 4 días.
Un
pequeño porcentaje de infectados entran a las 24 horas de la
remisión inicial en una segunda etapa, más tóxica. Vuelve la
fiebre elevada y se ven afectados varios órganos, generalmente el
hígado y los riñones.
En
esta fase son frecuentes la ictericia (color amarillento de la piel y
los ojos, razón originó el nombre a la enfermedad), el color oscuro
de la orina y el dolor abdominal con vómitos. Puede haber
hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas. La mitad de los
pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 7 a 10
días.
Transmisión:
El
virus de la fiebre amarilla es transmitido por mosquitos de los
géneros Aedes y Haemogogus y Sabethes. Algunos se crían cerca
de las viviendas (domésticos), otros en el bosque (salvajes), y
algunos en ambos hábitats (semi-domésticos).
A
continuación les describiré como se produce la transmisión del
virus que generalmente afecta a los monos y a los humanos.
a):
Fiebre amarilla selvática: En las selvas tropicales lluviosas, los
monos, que son el principal reservorio del virus, son picados por
mosquitos salvajes que transmiten el virus a otros monos. Las
personas que se encuentren en la selva pueden recibir picaduras de
mosquitos infectados y contraer la enfermedad.
b):
Fiebre amarilla intermedia: En este tipo de transmisión, los
mosquitos semidomésticos (que se crían en la selva y cerca de las
casas) infectan tanto a los monos como al hombre. El aumento de los
contactos entre las personas y los mosquitos infectados aumenta la
transmisión, y puede haber brotes simultáneamente en muchos pueblos
distintos de una zona.
c);
Fiebre amarilla urbana: Las grandes epidemias se producen cuando las
personas infectadas introducen el virus en zonas muy pobladas, con
gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la población tiene
escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas
condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una
persona a otra.
Como
prevenir esta grave enfermedad llamada Fiebre Amarilla:
El primer modo de prevención si concurrirás a una zona donde el
hábitat es de riesgo inminente para un posible contagio de Fiebre
Amarilla, es concurrir al menos 15 días antes a un hospital donde te
suministrarán de forma gratuita las vacunas para cada posible
enfermedad virósica.
El segundo método de prevención a nivel urbano es evitar la
proliferación del mosquito Aedes para lo cual, se deben eliminar
todo tipo de recipientes que acumulen líquidos limpios o no donde
estos puedan depositar sus larvas. Además de protegerte, estarás
protegiendo a muchas personas de padecer una enfermedad virósica
transmitida por el Aedes Aegypti.
La tercera es que no dejes de concurrir al medico para realizar los
chequeos necesarios para cuidar tu salud. El medico te evaluará y
ordenará los estudios necesarios para cuidar tu salud en todo
momento.
No permitas que el Aedes Aegypti te intimide y se convierta en tu victimario.
Elimina todos aquellos recipientes que puedan convertirse en reservorio para la proliferación del mosquito.