Por Raúl Enrique Bibiano
Las autoridades de Indonesia estiman que aproximadamente 5.000 personas han
quedado sepultadas por el barro en Petobo y Balaroa, dos zonas de
Palu. Pero podrían ser varios miles más, que esta mera estimación oficial. La cifra final de víctimas fatales de esta tragedia aun es incierta y desconcierta a las propias autoridades.
Hasta el día de ayer, el número de víctimas fatales registradas
por el gobierno Indonesio tras los terremotos y el terrible tsunami
de días pasados era 2000, y miles de desaparecidos. El número de heridos hospitalizados
2.549, mientras que 74.444 indonesios se encuentran resguardados en
centros de refugiados, en tanto que, al menos 65.733 viviendas
resultaron destruidas o dañadas.
El gobernador de la provincia de Célebes Central, Longki Djanggola, llamó a la población a recuperar la
vida normal, mientras continúan las operaciones de búsqueda de
supervivientes y desaparecidos que se mantendrán hasta el próximo
jueves.
Por su parte, el jefe de la Agencia Nacional de Gestión de
Desastres (BNPB), Willem Rampangilei, ha indicado mediante una
conferencia brindada en una ronda de prensa: "El problema actual
es cómo enviar asistencia sanitaria a las zona aisladas. Actualmente
estamos usando helicópteros para llegar hasta ellos",
Con relación a la cantidad de muertos que fueron días pasados
enterrados para evitar una epidemia, también aclaró que 885 han
sido enterradas en fosas comunes y del resto se encargaron sus
familiares.
Lo cierto es que este daño colateral generado tras los terremotos y
el tsunami, todavía continuará despertando ingratas sorpresas como
un considerable aumento en la cantidad de víctimas fatales de las
que todavía, no existe un número final sobre a cuantos miles de
víctimas fatales llegará el registro oficial.
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