Por Raúl Enrique Bibiano
El
periodismo ciudadano (también denominado periodismo 2.0) se
caracteriza por la participación de los propios ciudadanos en el
proceso de creación y difusión de la información. Es un fenómeno
alentado por la democratización de Internet, los medios digitales,
las redes sociales y los entornos colaborativos.
Gracias
a todas estas herramientas, los ciudadanos que optamos por dedicar
nuestro tiempo y saber, esquivamos obstáculos e intermediarios de la
industria editorial para convertirnos en protagonistas de la creación
y distribución de nuestros propios contenidos vía Web.
No
obstante ello, no cualquiera posee la facilidad de convertirse en
periodista. Y si bien el periodismo ha sufrido un enorme cambio
estructural, impulsado por el crecimiento del sistema digital, hacer
periodismo es un oficio que requiere seriedad, que lleva su tiempo
para evaluar la información que se quiere o pretende transmitir a
terceros. Sobre todo, información que no sea engañosa y que su
contenido sea ordenado, con pulcritud y retórica.
Brindar
falsa información ocasiona dos serios problemas: El primero, la
decepción de los lectores al saber que fueron vilmente engañados y
el segundo, un tremendo proceso judicial por difamación de
cualquiera que se sienta lesionado en sus derechos, en su buen nombre
y honor.
A
mayor abundancia, dentro del oficio del periodismo ciudadano, no
puede escapar la ética y el respeto que merecen tanto las partes
involucradas en el contexto de lo que se transmite como hacia quien o
quienes reciben la información, también es necesario medir el
impacto colateral que dicha noticia puede ocasionarle al lector, pero
también al involucrado en dicha información.
El
periodismo ciudadano o periodismo participativo o periodismo público
o periodismo democrático, es un sistema en el que somos los propios
ciudadanos quienes nos convertimos en informadores.
El
ejercicio de este derecho está amparado en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos que establece que todos los individuos tienen
derecho no sólo a recibir información y opinión, sino también a
difundirla por cualquier medio de expresión.
Esta
labor, no es una labor novedosa, pero ha comenzado a proliferar a
partir de los años 1990 en adelante, gracias a la globalización
permitida por Internet y cuyos objetivos son profundizar en la
democracia con más participación ciudadana, dar voz a quienes no la
tienen, y hablar de lo que no se habla en los grandes medios
comerciales.
En
mi caso en particular, me leen en un sin número de países del
mundo. Para ello, tengo dispuesto un traductor multilenguaje en mi
espacio blog de noticias para facilitar que otros puedan leer con
facilidad lo que intento transmitirle al mundo entero.
Durante
algún tiempo, además de ser redactor del Diario Participativo
Globedia Internacional, he sido reportero de CNN iReport y
posteriormente he creado mi propio espacio de Sucesos y Noticias en
donde lógicamente, sin apartarme de las reglas, comparto mis
noticias de una forma más liberal.
Y
para quienes deseen intentar incursionar en la generación de
noticias, recuerden que no es un carnet o credencial la que lo
transforma en buen escritor, redactor o periodista ciudadano, es sí,
la responsabilidad con la que ejerce su derecho a informar y o a
transmitir información a terceros. "NO NECESITAS ASOCIARTE O AFILIARTE A NINGÚN PSEUDO SINDICATO".
Por
cierto, debatir sobre este tópico, es algo extenso si se quiere,
pero para dejarlo por aquí nomás y no cansarlos o hacer que sienta pesado este artículo, deseo remarcar algo fundamental y de gran
importancia a tener en cuenta: Ejercer este oficio de periodista
ciudadano, excluye de forma total el proselitismo político,
religioso o partidario. Ello desvirtuaría la función de suma
importancia, como la pluralidad con que se debe estructurar la
transmisión de una noticia.
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