EDITORIAL
Este 9 de Julio, nuestros corazones estén más unidos que cualquiera sea la diferencia política.
¡¡¡Viva la Patria!!!
El día 9 de julio del año 1816, 33 ilustres y dignos diputados, se reunieron en el salón de la entonces casa de Doña Francisca Bazán Laguna, para sesionar el destino de la Independencia de nuestra Patria, cuando todavía no se llamaba Argentina. Por aquellos tiempos su nombre era Provincias Unidas del Río de la Plata.
Lejos de aquella gloriosa fecha, allé por 1869 la histórica casa era una propiedad privada en ruinas y a punto de ser demolida. El diputado tucumano Tiburcio Padilla propuso comprarla para destinarla como oficinas del Correo, siendo entonces fotografiada por el fotógrafo Ángel Pagnanelli, quien le tomó una única foto de la propiedad en tan deplorable estado, siendo que en su interior, se había producido tal vez, el acto más importante de la hoy República Argentina.
Esta breve historia nos da cuenta que muchas veces, no todo es agua de rosas en nuestra patria y de la falta de honores que los malos políticos le han rendido a nuestra Nación durante muchas décadas... Pero que no todos son iguales. Muchos robaron y se sirvieron de la patria para enriquecerse... en cambio otros, sentimentales y austeros, verdaderos patriotas, han levantado sus voces para que podamos ser Patria Grande!
Hoy en el Bicentenario de la Declaración de la Independencia, dejemos de lado las diferencias que nos impusieron durante años aquellos que nos usaron como idiotas útiles para arrimar agua para sus molinos.
Volvamos a ser unidos como hermanos que somos, en esta gloriosa Nación que nos necesita a todos... para poder continuar siendo la Patria Grande de América del Sur.
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