Semanario de Sucesos y Noticias

"Argentina iNside News" - Periodismo Ciudadano - Siempre detrás de la verdad, cuenta con editor responsable.
No a las Fake News en las Redes Sociales.

viernes, 18 de febrero de 2022

En CABA no nos salvamos de la inseguridad ni siquiera internados en la guardia del Hospital de Agudos Dr. Cosme Argerich

 


En la Guardia del Hospital de Agudos Dr. Cosme Argerich roban a los pacientes y me pasó a mí.

   
Por Raúl Enrique Bibiano  







Por lo general, no escribo artículos que hablen sobre mí persona, a pesar de ello, hoy debo hacerlo para denunciar públicamente un hecho delictivo que me ocurrió dentro de la guardia de un hospital del ejido de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Estaba padeciendo un severo problema, que solo podía ser resuelto por un profesional de la medicina. Ya había intentado todo lo que estaba al alcance mío, pero nada daba resultado que mejorara la situación que me encontraba atravesando, así que, no tuve más remedio que contactar al SAME: quienes luego de promediar más de 2 horas y media, y en atención a mis reclamos, me enviaron una médica de la Guardia de Emergencias de un hospital distinto al de mi localización con el afán de auxiliarme, dado que no contaban con medios de mi zona.

Por vuelta de la hora 02:43 de la madrugada de ayer, jueves 17 de febrero, arribó a mi domicilio una ambulancia del sistema SAME, perteneciente al Hospital Dr Cosme Argerich. La profesional, con mucha prestancia, me ayudó a trasladarme desde la puerta de mi domicilio hasta el interior de la unidad, en donde me brindó su asistencia médica primaria y conforme a su criterio médico, me trasladó al nosocomio de procedencia.

Seguidamente, ordenó la extracción de muestras sanguíneas, (gases en sangre) de orina (enzimas), y una placa radiográfica, la cual en ningún momento me realizaron… A todo esto, yo estaba aletargado sobre la camilla del lado izquierdo del Box N°1 en la Guardia del Hospital de Agudos Dr. Cosme Argerich con una sonda vesical y una vía endovenosa por una situación traumática intestinal. En dicho box, yo era el único paciente.

Luego de aproximadamente unas 2 horas, se me realizó una práctica invasiva efectuada por un profesional del nosocomio, para librarme de una situación que puede suceder a cualquier humano, y que coadyuvó a disminuir la causal clínica que motivó mi ingreso a la guardia. Recuerdo que fui al box contiguo donde hay un sanitario y regresé al box N°1 para recostarme y obviamente, me adormecí. Creo que en realidad me desmaye por el intenso dolor motivado por la brutal práctica que me realizaron.

Aproximadamente, sería pasada la hora seis de la mañana, cuando desperté, y una vez que me retiraron la vía de mi vena, aturdido como si estuviera drogado o algo así, me retiré del hospital y abordé un taxi desde la salida de ambulancias hasta la puerta de mi domicilio, en donde al momento de tener que abonar el traslado, caí en cuenta de lo ocurrido. "Me habían bolsiqueado". 

Alguien dentro de la guardia hospitalaria, “ignoro quién pudo haberlo hecho”, me había robado el dinero del bolsillo. Tenía $9.000 pesos en un fajo doblado en dos, del que solo me dejó como caridad, un solo billete de $1.000.-

En ese instante, me sentí preso de impotencia, mi estado de shock no podía ser para menos. Saber que en un lugar donde solo habían un par de médicas, un par de enfermeras, un enfermero y un camillero, “alguien” hubiera tenido la desfachatez de aprovecharse de mi estado de salud para alzarse con mi dinero de una manera tan despiadada. 

Es obvio que quien lo hizo, se aprovechó de la circunstancia: Un hombre mayor discapacitado, acostado en una camilla con una sonda vesical y un catéter endovenoso, padeciendo una situación muy dolorosa y adormecido por su extenuación, solo y en completo estado de vulnerabilidad que no brindaba resistencia alguna para ser su nueva víctima delictiva. 

Vaya uno a saber, a cuantos otros pacientes habrá robado antes que a mí, y de la misma manera. El o la, porque no puedo decir si fue hombre o mujer, al menos tuvo la piedad de dejarme para pagar el regreso a casa.

Tal vez, ignoraba que se llevaba también un pedazo de mi alma y mi dignidad, junto al sustento para sobrevivir el resto del mes, y para alimentarme hasta cobrar nuevamente mi pensión por invalidez. Dinero que muchas veces, me alcanza para comer una vez cada dos o tres días un plato de comida, o simplemente para comprar alguno de mis medicamentos para los pulmones o el corazón.

Mi dinero no lo recuperaré, pero deseo advertir a los posibles pacientes que en ese hospital existe un ladronzuelo impiadoso, que se aprovecha de los desvalidos y vulnerados, para robar lo que posean los pacientes internados al cuidado de la salud pública de CABA actuando a la sombra de su actividad hospitalaria. «Un chacal disfrazado de oveja»